Recuerda; la carne se entrega, pero el alma no se compra.

-Perdone, ¿me pone un ramo de rosas rojas por favor?
+Sí enseguida.
-Una cosita, ¿cuanto cuestan?
+14,80 señor.
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+Mira, ¿ves al señor que sale por la puerta con el ramo de rosas?
-Sí.
+Pues ha perdido el amor.
-¿Porque lo dices?
+Mira cielo, ese señor, lleva viniendo aquí a por flores desde hace muchos años un domingo de cada mes, sabe perfectamente cuanto cuestan las rosas, sólo quería saber si habían subido, en ese caso, no las habría comprado, quiere comprar a su señora, pero no cree que valga demasiado.
-Igual está muy muy enamorado pero anda mal de dinero.
+Ojalá, pero es rico, es el dueño de esa casa que hay alado de la playa, esa tan grande que tanto te gusta, es su tercera esposa, hazme caso ese hombre no encontrará jamás el amor.